No tengo ni idea de las causas que hayan podido llevar a dimitir a Errejón
de su dedicación profesional a la política, pero, sean las que sean, el
mero hecho de dimitir y hacerse responsable de las consecuencias del choque
entre lo profesional y lo personal, es una decisión sana y ejemplar, algo,
sin duda, que debería ser lo normal, siempre, pero sobre todo cuando lo
incomprensible y lo inasumible se convierte es insostenible vital,
conductual , personal y hasta socilmente socialmente. Ojalá todos y todas
los seres humanos, fuesen capaces de hacer algo así, cuando las cosas no
funcionan dentro de sí mism@s y como consecuencia acaba sucediendo "fuera"
también, pero con la implicación y perjuicio añadidos de muchos otros seres
humanos, totalmente ajenos al problema individual del dimisionario en
cuestión. Gracias, hermano Íñigo, por asumir el problema, responsabilizarte
y no buscar a nadie que cargue con el marrón, si consideras que el marrón
puedas ser tú mismo. Eso es coherencia y capacidad para reconocer "el
límite de de la contradicción entre el personaje y la persona", o sea,
entre la realidad y el cuento que tantas veces los seres humanos se
fabrican y se cuentan a lo poco que conocen de sí mismos, para seguir igual
en vez de iniciar una vida regeneradora, más sana y auténtica. Mucha luz y
buene energía, hermano Íñigo! Sería genial que Pablo Iglesias e Irene
Montero hiciesen lo mismo que tú... Un verdadero "pues resulta que sí se
puede..."
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Íñigo Errejón deja su escaño y abandona la política: “He llegado al límite
de la contradicción entre el personaje y la persona”
- La dimisión s...
Hace 6 minutos
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